martes, 28 de agosto de 2012

10 COSAS QUE NO PUEDES DEJAR DE HACER EN BRUSELAS-2ª PARTE

6.- Ver la niña meona o JANNEKEN PIS en la calle Impasse de la Fidelite, digo callle por no decir callejón; la estatua de la niña esta al final metida en una ornacina y como esta muy "a la mano" la tienen entre rejas.



7.- Ya que te acercas a este callejón , cuando pases, encontraras elefantes rosas, si rosas, en la cervecería que presume de tener la mayor variedad de cervezas del mundo DELIRIUM TREMENS; también  es una marca de cerveza. La cervecería es grande llena en sus paredes y techo de bandejas y posters y con una carta de cervezas que te marea. Hay mesas fuera en  el callejón. Llena de grifos y cervezas diferentes es todo un paraíso para los amantes de esta bebida.


8.- PROBAR LOS MOULES, los mejillones, en la Rue des Bouchers y las calles cercanas os asaltaran los encargados de los restaurantes para que os senteis a comer o cenar; si vais a cenar no lo hagais muy tarde que ellos cenan antes. Cualquier tipo de mejillón que pidais os lo servirán con frites en una cazuelita negra. Nada que ver con los mejillones españoles, mucho mas pequeños. La calle estrecha y peatonal tiene muchísimo ambiente.

9.- Dar un paseo por el PARQUE EGMONT, muy cerca de la iglesia de Notre Dame du Sablon en la Place du Petit Sablon. De estilo neoclásico es un sitio tranquilo para sentarse un rato a descansar. Dentro del parque podemos encontrar a Peter Pan en un roble o un verdadero pozo gótico y un palacio , el de L'Orangerie, con un fantástico invernadero neoclásico.


10.- Visitar las GALERIAS SAINT HUBERT, muy cerca de la Grand Place, en la calle del mismo nombre. Se construyen para embellecer Bruselas después de la independencia del gobierno francés en 1847. Consta de 3 galerías la del Rey, la de la Reina y una mas pequeña llamada la del Príncipe. En su tiempo fue la mas alta, 8 metros y  la mas luminosa con su vidriera de 200 metros de longitud.
En una época, en sus terrazas y cafés las galerías fueron un centro literario donde se podían encontrar a Víctor Hugo o a Alejandro Dumas.
Destaca la confitería Neuhaus, su fundador inventó los bombones de Praliné y su esposa cansada de venderlos en cucuruchos de papel fue la primera que que los metió en pequeñas cajas de cartón.





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